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SUSCRIBITELos productores podrán hacer forestaciones en todo Córdoba y acceder a proyectos asociativos. Además, buscan restaurar ecosistemas con especies nativas.
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SUSCRIBITELa provincia de Córdoba introdujo cambios en su ley agroforestal. La normativa, pionera en el país, exige que cada lote rural tenga entre un 2 y un 5% de cobertura vegetal. Ahora se permite forestar en terrenos de terceros mediante proyectos asociativos, se promueven iniciativas productivas y ambientales y se avanza de la implementación de bonos por atributos ambientales.
Esta información se presentó durante una jornada regional de CREA Córdoba Norte, realizada el 25 de abril en Monte Cristo, a la que asistieron más de 250 productores y asesores técnicos. Allí se explicaron las modificaciones más recientes de la Ley N.º 10.467, que regula el Plan Provincial Agroforestal. Entre ellas, se destacó la incorporación, a fines de 2024, de un nuevo capítulo que amplía las alternativas de cumplimiento para los productores.
Sancionada en 2017 y reglamentada al año siguiente, la ley establece que entre el 2 y el 5% de la superficie total de cada lote rural destinado a actividades agropecuarias debe estar cubierto por vegetación. El porcentaje exacto varía según las condiciones ambientales y está determinado por un mapa oficial disponible en la plataforma IDECOR de la provincia de Córdoba. Quedan exceptuadas aquellas superficies con alta salinidad, riesgo de inundación o altitudes que impidan su uso productivo.
"Los productores están obligados a forestar esa superficie, salvo en los casos en los que el terreno no sea apto. Los mapas son públicos y cualquiera puede consultar cuánto le corresponde", explicó Luisina Battistón, bióloga y coordinadora del área agroforestal de la Secretaría de Agricultura y Recursos Naturales del Ministerio de Bioagroindustria de Córdoba.
Desde la reglamentación de la norma, muchos productores ya declararon su situación y cumplen con la cobertura requerida, mientras que otros aún deben presentar su plan de forestación. Para ello, sigue habilitada la plataforma online donde pueden cargar la declaración jurada correspondiente.
Hasta el año pasado, la ley ofrecía dos formas de cumplimiento: forestar dentro del campo propio o asociarse bajo una figura legal denominada “masa arbórea agregada”. Esta segunda opción requería presentar una escritura sobre el derecho real de superficie, que generó múltiples dificultades.
Para resolver ese obstáculo, la modificación creó una nueva herramienta: los proyectos forestales asociativos. A través de esta figura, los productores pueden forestar en terrenos de terceros, públicos o privados, mediante un acuerdo formal. Desde el punto de vista ambiental, la medida también tiene ventajas. “No es lo mismo forestar una hectárea en cada campo que concentrar 20 hectáreas en un solo bloque, con 20 productores involucrados. Los servicios ecosistémicos que se generan son diferentes”, indicó la técnica.
La nueva figura permite, como una de las opciones, el desarrollo de proyectos con fines productivos. En los últimos años, el ministerio impulsó varias experiencias piloto que anticiparon esta modalidad. “Tuvimos iniciativas educativas, como las que vinculan a productores con escuelas; otras con municipios, como en el periurbano de Camilo Aldao; y también productivas, como el caso del pecán en Marcos Juárez”, detalló.
Ese último ejemplo se gestó a partir de un asesora agroforestal que propuso realizar una plantación de pecán con un productor local. “Se sumaron otros productores de la zona que debían forestar, y juntos conformaron un proyecto asociativo productivo. Desde el ministerio los acompañamos y autorizamos la experiencia”, dijo.
Además de los fines productivos, hubo iniciativas con objetivos ambientales. En Piquillín, por ejemplo, se implantó una cortina forestal de nativas en los accesos a la autopista, diseñada para atraer polinizadores. En el IPEA N.º 209 de Marcos Juárez, se generó una cortina biodiversa con árboles, arbustos y herbáceas, plantada por estudiantes con el apoyo de una mutual. Y en Camilo Aldao, se cerró el periurbano con una cortina forestal construida con la participación de los productores locales. “Se plantaron más de 11.000 árboles provistos por el ministerio. Fueron distintos casos que nos permitieron evaluar cómo funciona la idea de nuclear a muchos actores en un mismo proyecto”, afirmó.
Además de la creación de los proyectos forestales asociativos, la modificación introdujo otros dos cambios clave en la Ley Agroforestal. El primero es la ampliación del ámbito geográfico donde los productores pueden cumplir con la obligación de forestación. Hasta ahora, solo era posible forestar dentro de la misma cuenca a la que pertenecía el lote productivo. Con la nueva redacción, se habilita la posibilidad de hacerlo en cualquier punto del territorio provincial.
“El cambio permite una mayor flexibilidad para articular proyectos entre productores de distintas zonas, lo que puede facilitar la ejecución de los planes de forestación”, explicó Battistón.
La tercera modificación establece la posibilidad de cumplir la ley a través de la compra de bonos de atributos ambientales, en el marco de otra legislación aprobada recientemente y gestionada por el Ministerio de Ambiente y Economía Circular de Córdoba. Esta figura, en proceso de reglamentación, se articula con el Plan Agroforestal como una alternativa para productores que deban compensar superficie.
“Si bien esta herramienta quedó incorporada en la modificación de la ley, todavía no podemos dar detalles porque depende de otro ministerio y está en etapa de reglamentación. La idea es que los productores puedan comprar bonos vinculados a atributos ambientales, pero aún no están definidos los mecanismos de aplicación”, aclaró.
También el capítulo 5 bis, aprobado en diciembre de 2024, se encuentra en proceso de reglamentación. “Desde el ministerio estamos trabajando en la normativa que va a definir los aspectos operativos. Por ahora, solo podemos comunicar lo que ya fue sancionado por la legislatura”, indicó.
Durante la segunda parte de la charla, se presentaron los avances de la red de ensayos para la restauración de agroecosistemas, un proyecto que se realiza en articulación con el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), dependiente de CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba.
La iniciativa surgió como respuesta a distintas inquietudes planteadas por los productores frente a las dificultades para cumplir con la Ley Agroforestal. "Hace unos años, muchos productores nos decían que no podían forestar por falta de plantas, por problemas de riego, por el ataque de liebres o porque no sabían qué especies usar. También mencionaban la deriva de fitosanitarios y la imposibilidad de forestar en bajos salinos", explicó.
Frente a esas demandas, el equipo técnico del Ministerio decidió crear una red de ensayos con base científica. En diciembre de 2022, se inició una prueba piloto con 10 productores, bajo asesoramiento de investigadores del CONICET, para evaluar el comportamiento de especies nativas en condiciones adversas. Se probaron dos formatos: cortinas forestales expuestas a la deriva de fitosanitarios y macizos implantados en suelos salino-sódicos inundables.
Los resultados iniciales fueron alentadores: “En los primeros seis meses tuvimos tasas de supervivencia de entre el 92% y el 98%, según la especie. A los 18 meses bajó la supervivencia, pero se mantuvo por encima del 60% en la mayoría de los casos, con tasas de crecimiento importantes”, señaló.
Desde el Ministerio también se avanzó en garantizar la disponibilidad de plantas, mediante una red de viveros y un banco de semillas. Hoy se ofrecen especies nativas seleccionadas para las distintas condiciones de Córdoba, entregadas de forma gratuita a los productores que participan de la red de ensayo. Entre ellas, para bajos salinos, se incluyen cina-cina, espinillo, algarrobo blanco y chañar. Además, para cortinas forestales se evaluaron especies como algarrobo, moradillo, tala, lagaña de perro, sen de campo y palo amarillo.
Todas las especies fueron seleccionadas con criterios ecológicos y agronómicos, priorizando aquellas con capacidad de fijar nitrógeno, atraer polinizadores, tolerar salinidad y sequía, resistir bajas temperaturas, y contribuir a la regulación hídrica del ecosistema.
Uno de los aspectos clave fue adaptar el diseño a las limitantes propias del campo. "Sabíamos que el riego era un problema. Por eso, las plantas recibieron solo 10 litros de agua al momento de la implantación, y no se volvió a regar. Los resultados demuestran que las especies elegidas se adaptan al ambiente sin asistencia", indicó.
Para reducir el daño por herbivoría, se implementaron protectores biodegradables fabricados con madera reciclada en Misiones. Estos tubos, que se forman al hidratar láminas finas de corteza de pino, no solo protegen contra los herbívoros sino que también generan una cámara de aire que modera los extremos térmicos. "Nos dieron muy buenos resultados. Cuando se degradan, se integran al entorno sin generar residuos", añadió.
La red de ensayos continúa abierta. Los productores que deben cumplir con la ley pueden inscribirse para recibir asesoramiento técnico, plantas y protectores. A cambio, deben realizar la implantación y enviar tres mediciones que permitan seguir generando datos útiles para la investigación.
Los resultados preliminares se encuentran publicados en el Mapa Agroforestal de IDECOR, donde ya figuran los primeros 10 sitios de monitoreo con información sobre tasas de crecimiento y supervivencia. Los próximos sitios se irán incorporando a medida que completen los 18 meses requeridos.
Además, en los casos en que los productores quieran desarrollar proyectos asociativos de mayor escala, pueden presentar su propuesta privada. “Desde el Ministerio solo pedimos que informen que cumplen con la ley, la superficie que aporta cada uno, el terreno donde se ubica y que un asesor forestal certifique el seguimiento técnico. Generalmente, los proyectos asociativos superan las 3 hectáreas, por lo que requieren intervención profesional”, explicó.
La legislación también contempla un anexo con el listado de especies nativas recomendadas para cada región, especies exóticas permitidas con fines productivos (como frutales y maderables) y un inventario de especies invasoras prohibidas. Este listado se encuentra en proceso de actualización, incorporando los resultados de los nuevos ensayos.
Para finalizar, Battistón afirmó que hasta ahora Córdoba es la única provincia del país con una ley de estas características. “La Ley Agroforestal de Córdoba fue bastante innovadora en su momento y sigue siendo la única en Argentina que obliga a los productores a forestar un porcentaje de su superficie”.
“Otras provincias han intentado avanzar en normativas similares, pero ninguna con este nivel de exigencia. Además, incorpora conceptos novedosos para la época, como la restauración de servicios ecosistémicos, un enfoque que en 2017, cuando se sancionó la ley, era poco común. También incluye definiciones sobre el enriquecimiento del bosque nativo y otras herramientas que fueron pioneras a nivel nacional”, concluyó.