Además, subrayó los beneficios económicos que ofrece una actividad como el tambo, en términos de su capacidad para generar valor agregado. Según el empresario, el tambo es “una máquina de multiplicar” debido a que transforma forraje de bajo costo en leche y productos derivados con alto valor en el mercado. Esta capacidad permite optimizar los recursos y obtener mayores márgenes de rentabilidad, un incentivo fundamental para emprender en este sector. “Arrancar con un tambo fue una decisión estratégica, porque la lechería tiene un gran potencial de crecimiento y de generación de valor a partir de insumos accesibles”, aseguró.
Diversificación
Con el crecimiento del tambo el empresario decidió diversificar sus operaciones para ganar autosuficiencia y reducir su dependencia respecto de insumos externos. De esta manera, incorporó una granja que incluye corderos, chivos, pollos y huevos de campo, lo que le permite aprovechar mejor los recursos y ampliar la oferta de productos al mercado local. Además, inició la cría de novillos para carne, utilizando los machos provenientes del tambo. Este enfoque reduce la necesidad de vender terneros a bajo precio, y permite engordarlos hasta alcanzar el peso de faena generando un subproducto valioso para la empresa.
En términos agrícolas, Darío Dell Erba destina una superficie de 1100 hectáreas a la producción de pasturas, maíz y soja, que utiliza como forraje y granos para las vacas y los demás animales. La siembra de alfalfa y otros forrajes también complementa la alimentación del rodeo lechero.
La infraestructura interna de la empresa incluye una amplia gama de maquinaria para gestionar cada etapa de producción sin recurrir a contratistas externos. Estos equipos abarcan siembra, cosecha, segado, picado de forrajes y movimiento de suelos. “Contamos con todo lo necesario para sembrar, cosechar, procesar y conservar forrajes, y realizar movimientos de suelos. Todos nuestras herramientas están equipadas con tecnología de vanguardia”, explicó Dell Erba. Con esta infraestructura buscan reducir costos y demoras asociadas a servicios tercerizados, y mantener un mayor control sobre cada aspecto del proceso productivo.
Una de las características más destacadas de la empresa es que realiza con equipos y personal propio todas las obras de infraestructura (construcción y refacción tambos, instalaciones, galpones, viviendas, etc.) y el mantenimiento de todo su parque de herramientas en taller propio (reparaciones, mantenimiento, adecuaciones, etc.)
Esta independencia también se apoya en un equipo de trabajo integrado por personas especializadas en diferentes áreas de la producción agropecuaria. Con el tiempo, el productor incorporó profesionales en nutrición animal, sanidad y agronomía. “Contar con especialistas en cada área nos da la flexibilidad necesaria para adaptarnos a los cambios del mercado y a las condiciones climáticas sin sacrificar calidad”, señaló el directivo.
A su entender, la participación activa del personal es clave, ya que considera que un equipo comprometido no solo mejora la productividad, sino que también fomenta un ambiente de trabajo en el que todos entienden y comparten los objetivos de la empresa. Con la mirada puesta en futuros proyectos, planea reforzar esta estructura organizativa mediante capacitaciones continuas y la incorporación de tecnología de punta, como dispositivos de monitoreo, drones y análisis de datos en tiempo real, que permitan a los trabajadores realizar sus tareas de manera más eficiente y facilitar el mantenimiento del modelo integral de la empresa.
Producción lechera
Dell Erba cuenta actualmente con unas 1100 vacas en ordeñe, con una producción promedio de 20 litros de leche diarios por vaca. En años anteriores, la empresa lograba un promedio mayor -23 litros- en condiciones más favorables. El volumen actual constituye una producción estable y eficiente dentro del sistema pastoril, aunque con ajustes debido a las condiciones climáticas adversas.
En los últimos cuatro años, la sequía impactó de manera continua sobre la disponibilidad y calidad de las pasturas, limitando la producción lechera. Este déficit afecta de manera directa a la cantidad del forraje disponible, lo que obliga a la empresa a recurrir a alimento suplementario para sostener el rodeo. El empresario indica que, en lugar de regirse por el ideal de 70% de alimentación pastoril y 30% de suplementación, el balance actual resulta más desfavorable, ya que es necesario incorporar más grano y balanceados para mantener el nivel productivo.
“Con este nivel de sequía fue necesario destinar más hectáreas a la producción de maíz, sorgo y soja para cubrir las necesidades de forraje, lo que afecta tanto al rendimiento como a los costos de producción”, detalló.
Pero esta no es la primera vez que la falta de agua complica la producción. En 2016 y 2017 la empresa enfrentó inundaciones que afectaron tanto las instalaciones como los campos de pastura, forzándolo a reducir sus rodeos de 1100 a 660 vacas.
Para mitigar el impacto de futuras inundaciones, el productor decidió implementar mejoras, tales como la construcción de alcantarillas y desagües junto a sus vecinos, incluso en sectores públicos. “Que todo el esfuerzo que uno hace se vea puesto en riesgo por cuestiones que uno no puede controlar es duro. Lo que aprendimos es que para proteger la producción hay que estar preparados y tomar medidas preventivas. En este camino, la planificación es tan importante como invertir en infraestructura”, reflexionó.
Este proceso de recuperación le llevó alrededor de tres años, período en el que se concentró en reponer animales de calidad y mejorar las condiciones del suelo y de los pastos para restablecer la estabilidad de la producción.
Innovación genética
En 2019, con el objetivo de mejorar la eficiencia y sostenibilidad de su producción, Dell Erba realizó un recorrido por Irlanda, Dinamarca, Italia y Alemania para estudiar distintas razas ganaderas y analizar la posibilidad de adaptarlas a las condiciones y necesidades locales. Buscaba una raza que optimizara la producción lechera y aportara beneficios en lo que respecta al manejo, la sanidad y calidad de la carne.
Finalmente se decidió por la raza Holando Irlandés, una variante de Holando cuyas características favorecen un manejo eficiente en términos de costos y recursos.
El Holando Irlandés se adapta muy bien al pastoreo. Por su tamaño, se puede trasladar con facilidad en largas distancias, requiere menos alimento y produce leche con mayor contenido de sólidos. "Además, destaca su resistencia natural a enfermedades comunes en la región, como la tuberculosis, lo que permite reducir la frecuencia de tratamientos médicos y asegurar un rodeo más saludable. Al ser de menor porte, también exige un menor volumen de medicamentos, lo que representa una mejor ecuación costo/beneficio". explicó.
Otra clave es el subproducto del macho de esta raza, que se convierte en un complemento rentable para el negocio. Por su contextura y composición muscular, los machos Holando Irlandés alcanzan rápidamente el peso de la faena objetivo, lo que incrementa su valor comercial. Comparados con otras razas de ganado lechero son muy eficientes en la conversión de alimento. Su carne posee un marmolado sutil, y es muy apreciada en el mercado por su terneza y bajo nivel de engrasamiento, que la convierte en una opción atractiva para la industria cárnica. Esto permite a la empresa optimizar el ciclo productivo y aprovechar al máximo cada animal, alcanzando el peso y la calidad propuesta en poco tiempo.
“Elegimos esta raza no solo por la producción de leche, sino por las ventajas que ofrece en toda la cadena, desde el manejo hasta el destino de la carne. Los machos, que antes eran difíciles de vender, hoy tienen alta aceptación y calidad, con un marmoleo y terneza que nos sorprendió gratamente”, agregó.
Comercialización de carne
Al principio, Darío vendía su producción de leche a las industrias locales, condicionado por las condiciones del mercado, sin posibilidades de influir en el precio de venta. Con el tiempo, buscó diversificar las fuentes de ingresos de la empresa y darle valor agregado a la producción. Así fue que en 2023 inauguró una carnicería propia en el centro de Rafaela: “Pampa Gringa”, lo que le permitió controlar la comercialización de carne proveniente de sus animales, garantizando su calidad y trazabilidad desde el campo hasta el consumidor final.
La carnicería se enfoca en ofrecer cortes premium y atención personalizada, lo que, según el directivo, permite a la empresa diferenciarse en un mercado competitivo. “Tener el control del producto final nos da una visión completa del negocio, porque conocemos cada paso y cada costo. No es solo por el precio, sino por ofrecer un producto confiable y directo al consumidor”, señaló. A través de este punto de venta propio, la firma puede gestionar la calidad del producto, asegurarse de que los cortes lleguen en óptimas condiciones y crear un vínculo directo con el consumidor.
Además del negocio propio, la empresa desarrolló una red de distribución en localidades cercanas y restaurantes selectos de Rafaela. “Esta distribución nos ayuda a posicionar nuestra carne en un mercado más amplio, manteniendo el control absoluto sobre la calidad, la cadena de frío y demás aspectos que permiten que el producto llegue en condiciones ideales al consumidor”, comentó.
En cuanto a planes futuros, Dell Erba evalúa la posibilidad de expandir su red de carnicerías a otras localidades, con una proyección de mediano plazo en función de las condiciones económicas. También considera la integración de la venta en línea para alcanzar nuevos clientes de zonas urbanas donde existe alta demanda de productos premium y ecológicos. “Queremos que nuestra carne llegue a más consumidores, pero sin perder nuestro enfoque centrado en la calidad. La venta en línea es un próximo paso que estamos analizando, porque vemos el interés de los consumidores en productos con trazabilidad y garantía de origen”, concluyó.
