La gestión financiera como aliado para promover el crecimiento
Cómo la distribución de dividendos o el pago de honorarios a socios o colaboradores permite eficientizar el uso de las utilidades generadas por la empresa agropecuaria.
Uno de los mayores desafíos financieros que enfrentan las empresas familiares es la gestión del excedente de capital. Con frecuencia, las utilidades se reinvierten en el negocio, pero no siempre de la manera más eficiente. Esto puede deberse a la falta de una gestión financiera tradicional.
Al momento de gestionar el capital con un horizonte de largo plazo, no todos conocen que algunas inversiones realizadas a título personal están exentas del impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales, como es el caso de los títulos públicos y las acciones.
“La distribución de dividendos o bien el pago de honorarios a socios o colaboradores permite eficientizar el uso de los excedentes generados por la empresa agropecuaria”, apuntó Germán Díaz, Senior Financial Advisor del Grupo IEB, durante el “Espacio Empresario CREA” realizado esta semana en formato virtual por el área de Economía de CREA.
La distribución de dividendos conlleva una retención de impuestos del 7%. Sin embargo, este impuesto se calcula sobre el valor nominal de los dividendos, lo que significa que los socios pueden beneficiarse al recibir su dividendo en dólares al tipo de cambio oficial en lugar de pesos. Esa estrategia se ha vuelto especialmente popular en años de alta brecha cambiaria.
Otra alternativa son los denominados fondos de retiro, los cuales se suelen estructurar con un horizonte de muy largo plazo en activos estadounidenses, como puede ser el índice S&P 500 integrado por las quinientas compañías más destacadas de EE.UU.
“Los fondos de retiro pueden emplearse con el propósito de generar una renta para un socio o bien un empleado destacado al momento de retirarse; en este último caso, se trata de un elemento de retención de capital humano valioso”, comentó Germán.
“Sin embargo, no es el único uso que se la confiere, porque también, por ejemplo, se arman con un horizonte de diez, quince o veinte años para financiar la educación de la siguiente generación de la familia empresaria”, añadió.
Otra manera de emplear la gestión financiera como aliado de la planificación fiscal es que los socios financien a la empresa familiar por medio de la compra en el mercado bursátil de un cheque de pago diferido, lo que beneficia tanto a la empresa como al socio al generar una renta a partir un instrumento con alta seguridad de cobro.
Es fundamental contar con el apoyo de asesores financieros y contables para maximizar los beneficios fiscales y estructurar adecuadamente las inversiones.
Realizar revisiones periódicas del portafolio de inversiones y de la situación financiera de la empresa en función del contexto contribuye a realizar ajustes en la estrategia según las condiciones del mercado.
Por último, es esencial promover la educación financiera dentro de la familia para así poder evaluar con criterio las diferentes alternativas disponibles que promuevan el crecimiento del patrimonio familiar.