Durante el Congreso CREA de la región Oeste Arenoso, realizado recientemente en la ciudad de Mendoza, Emilio Satorre, docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, y un referente en materia de Agricultura, señaló que desde hace un buen tiempo la mayor parte de los productores reconoce la necesidad de generar sistemas productivos que tengan un mínimo impacto ambiental.
"Nuestro contexto depende de las decisiones que tomamos, de la metodología que utilizamos, es decir, del modo en que hacemos las cosas para lograr lo que obtenemos. Y está también en los efectos que esa sostenibilidad tiene. En este sentido, un aspecto interesante de la sostenibilidad es que no es un punto de llegada: los productores no pueden declararse sostenibles, sino que, en el mejor de los casos, se encuentran transitando un camino de sostenibilidad", advirtió.
Se trata siempre de una trayectoria, cuyos hitos se encuentran dentro del circuito de la agronomía, porque, en definitiva, ser sostenibles es aplicar una buena agronomía a nuestros cultivos, y de la ecología. La búsqueda de la sostenibilidad se encuentra allí.
Contra lo que instala el imaginario social, Satorre aseguró que la agricultura moderna es más sustentable y menos dañina que la que practicaban nuestros padres y nuestros abuelos. Esa visión desacredita muchos de los argumentos catastróficos que esgrimen ciertos ambientalismos o sectores que intentan responsabilizar al sector de muchos de los males del país, y que propugnan por un giro de 180 grados en el modelo de producción.